Las empresas deben valorar el tiempo productivo y separarlo del tiempo invertido en tareas que, algunas máquinas como herramientas de trabajo, pueden simplificar ciertos procesos.
¿Cuántas veces terminamos el día sintiendo que estuvimos ocupados, pero no avanzamos en lo que realmente importa? Entre correos, reportes y tareas administrativas, las horas se nos van, incluso cuando son actividades tediosas, repetitivas y muchas veces con poco impacto directo a la productividad de la empresa, sin embargo, la tecnología, bien utilizada, puede contribuir a esto.
No se trata de llenar la oficina de gadgets, sino de usar herramientas que nos devuelvan el control del tiempo y nos permitan enfocarnos en lo que genera valor. Piénsalo: ¿Cuánto tiempo dedica tu equipo a tareas que podrían resolverse solas? Según un informe de McKinsey & Company de 2024, la adopción de inteligencia artificial generativa ha permitido a las organizaciones reducir costos y aumentar ingresos en las unidades de negocio que implementan esta tecnología.
Pero lo más valioso no está solo en ahorrar dinero, sino en liberar a las personas de actividades que drenan energía. Con ese tiempo recuperado, las ideas fluyen, las estrategias se afinan y la motivación crece.
Al automatizar procesos básicos como la gestión de inventarios y la elaboración de reportes semanales, los equipos pasan de ser “bomberos” apagando incendios a convertirse en estrategas que anticipan y resuelven antes de que surjan los problemas. Las conversaciones dejan de girar en torno a tareas pendientes para centrarse en nuevas oportunidades de negocio. Ese cambio no solo mejora el ambiente laboral, sino que también se refleja en mejores resultados.